Incensarios de Loja
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Los incensarios

Es la figura más singular de la Semana Santa Lojeña, y como dijo Dª Emilia Pardo Bazán sólo en Loja puede vérseles. Podríamos decir que es una figura que estando fuera de la escenificación de la pasión, se complementa con ella, y es porque el incensario fue pensado para complementar la cultura religiosa popular, y fomentar la pasión de Cristo a través de promulgar las letrillas pasionistas creadas para la ocasión por los frailes franciscanos, que escenificaron la pasión de Cristo por Andalucía tras la Reconquista, y quedan recogidas en el libro Voces del Dolor traídas por la multitud de los trajes profanos……..estos grupos formados por 8 hombres se denomina Corría, y reciben su nombre por el incensario que portan. El incensario proclama la pasión a través de la conocida sátira que como nos indica la RAE no es más que una composición literaria arcaica en verso y prosa acompañada de danza, esa danza aquí en Loja se denomina movimiento.

La sátira suele ser en su composición, un cuarteto que al repetir la última línea se convierte en quintilla, cantada de manera grupal, pero a la vez individual alternándose para ello entre los miembros de la corría, siendo el ultimo quien repite el último verso, y a veces interrumpidos por un espontaneo del público que de modo respetuoso observa cada detalle o movimiento de los mismos. A todo este ritual de movimientos acompañados de sátiras se le conoce como golpe.

El incensario expresa con sus sátiras y movimientos y sobre todo con sus ropas el momento pasionista, teniendo características particulares para cada elemento a incensar. Partiendo de blanco para el Jueves Santo, a blanco y negro el Viernes Santo por la mañana, y a partir de las tres de la tarde donde la liturgia y el incienso cambia de sentido, el incensario entra a escena en color negro absoluto. Los blancos proclaman la pasión a través de la sangre con la Santa Vera Cruz, los esclavos de María con su dolor, popularmente conocidos por el sobrenombre de la Pescá, con Ntra. Sra. De las Angustias y negros conocidos popularmente como los enterraores con la sobriedad del momento con el Santo Entierro.

A día de hoy los incensarios han aumentado de numero pasando a ser un grupo para cada cofradía, de tres corrías como tradicionalmente había, a las once actuales vistiendo en algunos casos el color de la cofradía a la que inciensan.

Sus movimientos se podrían dividir dependiendo al elemento al que se inciensa denominándose como:
trabajoso - al primer estandarte, tener en cuenta que las hermandades abrían con estandarte o guion aquellas hermandades de fundación anterior al siglo XVIII.
sencillo - a los otros estandartes.
cuadro - a la tercera imagen.
sencillo - al postor o capataz del trono o paso.
sencillo con cerco - a la imagen de menor relevancia en el cortejo.
cruz y cuadro - a las imágenes cristiferas
cruz y cuarta - a la imágenes marianas.

Al igual que a la llegada a un templo repiten tres cruces hechas y desechas en su caminar marcial, ello nos indica su profundo carácter religioso, gestos comparables con otros de la Iglesia que nos dice como debe ser incensado y que se ha de incensar con tres movimientos dobles del incensario o turibulo: como sería el Santísimo Sacramento, las reliquias de la santa Cruz y las imágenes del Señor expuestas a la veneración pública , del mismo modo abandonaran el lugar sin mediar palabra, de forma respetuosa y siempre a través del cortejo procesional.

Los incensarios ligados totalmente a las cofradías y sus costumbres no solo incensaban en el cortejo público, si no que deberían hacer el recorrido de las cinco llagas como hacían las salidas penitenciales de las cofradías, y entraban en cada uno de los monumentos que se encontraban en veneración en las ermitas y parroquias locales al menos hasta su prohibición por el Arzobispado de Granada en 1833.

De forma un poco más liviana y formal el incensario visitaba a familiares y autoridades o personajes populares en sus domicilios dejando pequeños regalos en forma de incienso a cambio de un donativo, y descanso en estos casos el incensario realizaba el movimiento conocido como la magdalena, quizás fuese el manjar ofrecido en semana santa.

El derecho a ser incensario se adquiere mediante pujas o subastas, aunque hoy día prima el contrato con las hermandades y cofradías, siendo los blancos los únicos que actualmente no realizan este tipo de reglas para poder serlo ya que son propiedad de la Cofradía de la Vera Cruz.

A día de hoy se desconoce una fecha fundacional o de partida, siendo el dato de 1765, la más antigua aparición escrita en un balance de cuentas en las actas de Ntro. Padre Jesús de la Humildad cita en la Capilla de la Sangre.

Incienso, cante y movimientos la trilogía perfecta, que representa la tradición de un pueblo, ven a conocerlos a Loja solo en ella podrás hacerlo.

Juan Carlos Gómez Hernández